domingo, 1 de junio de 2014

Retales de mi silencio

Tengo noticias. Buenas. O normales. Pero malas no.
Me mudo de blog, pero sólo a medias. He abierto un nuevo blog que actualizaré más a menudo, pero sin olvidarme de este. Mi nuevo blog, será como un segundo volumen de Pedazos de mi silencio. Una ampliación de mi blog de siempre.
Pedazos de mi silencio me ha acompañado durante años, me ha visto crecer, cambiar, evolucionar.
He cambiado, pero no voy a dejarlo atrás, y por eso abro un nuevo blog. Porque Pedazos de mi silencio ha cambiado conmigo, pero no puedo dejar que deje de ser lo que era. Y porque seguiré publicando, pero no será el mismo tipo de entradas que en el nuevo.
Mi nuevo blog será más personal, no tanto como un diario, pero puede que parecido. Este lo reservaré para entradas más "profundas" o que simplemente crea conveniente o me apetezca publicar.
Aunque Pedazos de mi silencio nunca llegó muy lejos, para mí fue muy importante y la poca gente que me leía me resultaba suficiente. Mi blog, como ya he dicho, me ha visto crecer, y por eso se que él entenderá mejor que nadie el por qué de uno nuevo.
Un nuevo blog significa para mí empezar completamente de cero, un nuevo proyecto, las ganas de empezar fuerte y hacer las cosas bien, dar por finalizado el comienzo de una nueva etapa en mi vida.
Tampoco puedo describir lo que va a ser este nuevo blog, la única manera de entenderlo (o no) es que os animéis a echar un vistazo de vez en cuando, y con un poco de suerte: de seguirlo.

Ya está dicho todo, así que os espero allí... ¡hasta pronto, que no adiós!

Retales de mi silencio -

lunes, 12 de mayo de 2014

Vacío

De repente me siento vacía. Trato de describir esta sensación tan compleja como desagradable pero la única palabra que me sale es "vacío". De repente me siento... inútil. Tanto que sólo borro las líneas que escribo una y otra vez, que sólo me salen rallajos sobre el papel, que mis ideas quedan muertas por falta de desarrollo. De repente el tiempo se me echa encima mientras yo no corro para escapar de él. De repente sólo quiero huir, pero ni si quiera soy capaz de hacer ese esfuerzo. Quiero llorar, pero ni a mi cara le apetece expresarse. Quiero actuar, pero me quedo parada sintiéndome vacía como si algo invisible me estuviera atando. De repente vuelvo a sentirme una extraña, vuelvo a ser una sombra. 
Y como irónicamente el hielo quema, demasiadas cosas son las que me producen esta sensación de vacío.